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Emprendimiento y desprendimiento

La iniciativa, el compromiso y la disciplina son parte de los atributos esenciales que todo emprendedor ha de tener para sacar adelante su proyecto.
Y es que es con visión y pasión se consigue dar forma a ideas y planes que de otra forma se hubiesen quedado en aspiraciones; en simples sueños.

Una vez que un proyecto consigue superar los primeros escollos, conquistar un número significativo de clientes, lograr cierta “tracción” y perfilarse como una empresa viable, sus promotores -sobre todo si se trata de start ups– intentan atraer inversionistas que apuntalen el éxito del nuevo emprendimiento.

En ese tránsito de una empresa hacia su mayoría de edad, resulta que el apego tan necesario durante las primeras etapas, puede constituirse en un obstáculo para el ulterior desarrollo del proyecto, pues el emprendedor en cierta forma debe desprenderse, separarse un poco de aquello a la que dio vida.

¿Desprenderse de qué?

No solo de un grupo de acciones o participaciones y de la libertad que tenía para tomar decisiones, sino de ser a un mismo tiempo el diseñador y el ejecutor de muchas de las tareas requeridas.
En su nueva fase, la empresa demanda de sus dirigentes habilidades que les permitan establecer la estructura organizativa, seleccionar y formar el personal, delegar responsablemente, fijar estándares de calidad, documentar y asegurar los procesos, establecer un sistema de consecuencias respecto al desempeño…

Esas y otras actividades, que inicialmente se encontraban implícitas o resultaba innecesario especificar, ahora deben formalizarse pues va a haber terceros implicados y con ello la obligación de un reportingconfiable y oportuno. Igualmente se ha de estar abierto a inspecciones y auditorías que comprueben la veracidad de la información suministrada a los nuevos socios.

Dejar atrás lo que le resultaba habitual, natural, para dar forma a una nueva manera de gestionar la empresa implica una cierta capacidad de desprendimiento, así como seguir un proceso que permita migrar de una fase a otra con el apoyo de indicadores que evidencien los avances logrados, pues el riesgo de volver a las conductas que resultaban familiares y cómodas es una tentación difícil de superar.

Una cosa es hacer las cosas uno mismo y otra lograr resultados a través de los demás. Lo primero conlleva hacerse cargo y entraña un cierto apego; lo segundo supone liderar y conlleva cierto grado de desapego.

© 2024 Vladimir Gómez Carpio
Consultor en Desarrollo Organizativo
www.soyvladimirgomezc.com
vladigom@hotmail.com