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Venezuela y el día «S»

Después del relevo gubernamental

En cuanto se concrete la tan ansiada transición de Venezuela hacia un sistema democrático -proceso que sabemos que no estará libre de escollos- al día siguiente, el día “S”, nos enfrentaremos a la inmensa e ilusionante tarea de reconstruir el país.

Al abordar dicha tarea podemos descubrir que llevamos a nuestras espaldas un par de cargas muy pesadas:

Por un lado estará la carga del pasado. La de todo ese sufrimiento infligido por el régimen a miles de familias. La del deterioro producido en el ámbito moral, físico e institucional. La de la cantidad de recursos malversados, robados o contaminados. La de la afrenta a la patria, al entregarla a los invasores extranjeros. Y tantos otros infortunios que produjo la dictadura.

Por otro lado estará la carga del futuro. La aprehensión de querer recuperar el tiempo perdido y ponernos a tono con el desarrollo científico, tecnológico y social alcanzado por el mundo libre. Por conseguir estándares de excelencia en la educación, la industria y tantos otros ámbitos del quehacer nacional. Por reestablecer el juego democrático y el equilibrio de poderes. Por incorporar a los millones de venezolanos que retornarán al terruño.

Pero si queremos responder de forma realmente eficaz al reto que se nos plantea, es preciso que encontremos la forma de deshacernos de esas dos mochilas.

¿Cómo?

Haciendo una valoración objetiva de nuestra situación presente, formulando una poderosa visión de nuestro futuro, dando a conocer y sembrando los nuevos valores sobre los que se refundará nuestra nacionalidad y enterrando para siempre la perversa consigna de “Patria, socialismo o muerte”.

Igualmente tendremos que establecer las líneas estratégicas que guiarán nuestro desarrollo, diseñar unos planes de acción viables, asignarles recursos y, sobre todo, comprometer a la mayor cantidad de ciudadanos en esta gesta verdaderamente emancipadora.

En este nuevo camino que emprenderemos y en el que debemos implicar a todos los sectores de la sociedad, tenemos que saber que nos acompañará “la Luz”, pero también “las sombras”.

La Luz se colará a través de la inspiración y de los designios superiores que parecen estar guiando a nuestra nación para que cumpla un rol protagónico en la nueva humanidad que está emergiendo.

Las sombras se harán presentes mediante obstáculos y desafíos que nos permitirán tomar conciencia de cada dificultad que vamos superando y de cómo se va fortaleciendo nuestra voluntad y la determinación de vivir en libertad.

No podrían resultar más inspiradores y motivantes los momentos que nos depara el porvenir, ya que nos obligarán a descubrir y desarrollar talentos y formas de participación ciudadana que garanticen que todos seamos escuchados, que aprendamos a sumar ideas de forma efectiva y que hagan surgir la acción comprometida y solidaria. Esa que, a fin de cuentas, es la que nos conducirá realmente a la gran transformación anhelada; al glorioso futuro que nos espera.

© 2024 Vladimir Gómez Carpio
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