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Redes sociales de las que saltan chispas

Uniendo lo que estaba disperso

Cuando no existían aun los modernos medios de comunicación, las personas nos relacionábamos en vivo, en forma directa. Teníamos contacto físico: besos, abrazos, palmadas en la espalda, estrechadas de manos.

Pero en la medida en la que fueron emergiendo los medios -telégrafo, teléfono, internet- comenzamos a relacionarnos desde la distancia, con las ventajas y desventajas que esta modalidad de comunicación supone.

Ventajas, como la de poder intercambiar datos, imágenes, música, vídeos e informaciones en forma remota; independientemente de lo alejados que estemos. Desventajas, como la de no percibir los gestos, las entonaciones, las temperaturas, los colores y los olores del otro, como cuando nos encontramos cerca.

Y ojo, que estoy hablando de medios de comunicación y no de medios de sintonía, tales como la prensa, la radio, el cine y la TV. Es decir, no me refiero a esos otros medios que tan sólo permiten la comunicación unidireccional: ellos dicen cosas y uno se limita a leerlas, a escucharlas.

Otros medios de comunicación, tales como las autopistas y carreteras, también llegan a presentar desventajas manifiestas, como las que reporta un estudio realizado por la Universidad de California en una comunidad local. Dicho estudio comprobó que las comunicaciones directas entre los vecinos disminuían en función del volumen de tráfico de vehículos; mientras más autos circulaban por una calle, menos contactos había entre los vecinos que vivían a ambos lados de dicha calle.

Un fenómeno a la par de interesante es el que está surgiendo con las redes sociales y los chats manejados desde teléfonos móviles:

  • Whatsapp
  • Facebook
  • Twitter
  • Instagram
  • Telegram
  • Viber
  • Snapchat

Estos están consiguiendo mantener cerca a quienes están lejos y alejando a quienes están cerca. Ya es típica la escena en una reunión social en la que los presentes no se hablan porque cada uno está chateando con alguien ausente. ¡Paradoja de nuestros tiempos!

Pero las redes sociales virtuales están logrando algo sin igual: aproximar a personas que comparten un interés común.

Hace poco tuve la oportunidad de compartir con un grupo de mujeres jóvenes en un pueblecito de Galicia, cercano a Santiago, Bertamiráns, donde constaté una de esas experiencias que nos hacen volver a ilusionar con la humanidad. Este grupo de chicas vibrantes -se autodenominan “las chispas”– provenientes de distintos lugares e incluso de diferentes países, se han unido para encontrase, para apoyarse mutuamente, para volverse una familia -unidas en las buenas y en las malas- y para celebrar la vida juntas. Es decir, han vuelto a unir lo que estaba disperso: seres humanos con un interés común, que vuelven a tocarse, a abrazarse, a mirarse a los ojos,  a decir “juntos podemos superar cualquier obstáculo”.

Cuando las redes sociales derivan en este tipo de relaciones, están logrando volvernos a nuestra esencia, al encuentro humano cercano y solidario. Ese que hace brotar chispas de entusiasmo y que alimenta el deseo genuino de encontrarnos con el otro.

¡Bravo por las chispas que están saltando de las redes sociales! Nos están mostrando a todos el camino de regreso a nuestra verdadera humanidad.

© 2024 Vladimir Gómez Carpio
Consultor en Desarrollo Organizativo
www.soyvladimirgomezc.com
vladigom@hotmail.com

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