Planificar en tiempos expansivos (Parte I)
Disrupción tecnológica y planificación estratégica
Estamos ante un fenómeno exótico que va más allá de ser un tópico de noticias, una moda o una nueva forma de describir viejas realidades. Se trata de la “singularidad tecnológica”, la cual puede ser definida como:
Un punto en el que se alcanza un grado de complejidad y de potencia en la inteligencia artificial -producto del avance exponencial de la ciencia y la tecnología- que llevaría a superar la inteligencia humana, hasta un grado no controlable por sus creadores.
Que lleguen a existir superordenadores capaces de procesar informaciones, aprender y recordar con una capacidad y a una velocidad muy superior al mejor individuo de nuestra especie, definitivamente representa un cambio abrupto.
Para la planificación estratégica (P.E.) este fenómeno plantea al menos dos desafíos importantes. La P.E. es el proceso mediante el cual una organización analiza su entorno -actual y proyectado- y evalúa los aspectos favorables y desfavorables de su situación interna, a fin de fijarse unos objetivos y unas metas, establecer los cursos de acción y los planes que le permitirán alcanzarlos. Los desafíos a los que hago referencia son:
- ¿Cómo aplicar la P.E. mientras nos dirigimos hacia la singularidad antes mencionada?
- ¿Cómo instrumentar la P.E. una vez alcanzada la singularidad, si es que esta sigue teniendo validez?
Ante el primer desafío, algunos de los factores a tener en consideración, son:
- La inmensa cantidad de informaciones provenientes de los diferentes ámbitos del saber humano y que cada día van en aumento.
- El continuo surgimiento de riesgos y oportunidades que podrían pasar inadvertidas.
- El carácter efímero de las innovaciones tecnológicas y la necesidad de valorar-decidir-actuar respecto a las nuevas propuestas.
- La evolución del entorno empresarial, de las estructuras organizativas y de las relaciones laborales, incluida la redefinición del empleo.
Respecto al segundo desafío, cuando se haya alcanzado la singularidad, las consecuencias para la P.E. pueden ser imprevisibles, ya que estamos hablando de que el instrumento que las personas hemos venido empleando hasta ahora para llevar a cabo nuestros análisis -el cerebro-mente- podría quedar marginado ante la impresionante capacidad de cómputo y de examen de la inteligencia artificial.
Si algo podemos prever es que esta nueva potencialidad de procesamiento de informaciones con que contaremos, será la que tomará las decisiones por nosotros y la que sugerirá los cursos de acción a seguir. Quiero pensar que, en materia de decisiones, la última palabra continuará estando en manos de seres humanos, aunque confieso que tengo mis dudas.
Continua…
© 2024 Vladimir Gómez Carpio
www.vladimirgomezc.com
Planificar en tiempos expansivos (Parte I)
Disrupción tecnológica y planificación estratégica
Estamos ante un fenómeno exótico que va más allá de ser un tópico de noticias, una moda o una nueva forma de describir viejas realidades. Se trata de la “singularidad tecnológica”, la cual puede ser definida como:
Un punto en el que se alcanza un grado de complejidad y de potencia en la inteligencia artificial -producto del avance exponencial de la ciencia y la tecnología- que llevaría a superar la inteligencia humana, hasta un grado no controlable por sus creadores.
Que lleguen a existir superordenadores capaces de procesar informaciones, aprender y recordar con una capacidad y a una velocidad muy superior al mejor individuo de nuestra especie, definitivamente representa un cambio abrupto.
Para la planificación estratégica (P.E.) este fenómeno plantea al menos dos desafíos importantes. La P.E. es el proceso mediante el cual una organización analiza su entorno -actual y proyectado- y evalúa los aspectos favorables y desfavorables de su situación interna, a fin de fijarse unos objetivos y unas metas, establecer los cursos de acción y los planes que le permitirán alcanzarlos. Los desafíos a los que hago referencia son:
- ¿Cómo aplicar la P.E. mientras nos dirigimos hacia la singularidad antes mencionada?
- ¿Cómo instrumentar la P.E. una vez alcanzada la singularidad, si es que esta sigue teniendo validez?
Ante el primer desafío, algunos de los factores a tener en consideración, son:
- La inmensa cantidad de informaciones provenientes de los diferentes ámbitos del saber humano y que cada día van en aumento.
- El continuo surgimiento de riesgos y oportunidades que podrían pasar inadvertidas.
- El carácter efímero de las innovaciones tecnológicas y la necesidad de valorar-decidir-actuar respecto a las nuevas propuestas.
- La evolución del entorno empresarial, de las estructuras organizativas y de las relaciones laborales, incluida la redefinición del empleo.
Respecto al segundo desafío, cuando se haya alcanzado la singularidad, las consecuencias para la P.E. pueden ser imprevisibles, ya que estamos hablando de que el instrumento que las personas hemos venido empleando hasta ahora para llevar a cabo nuestros análisis -el cerebro-mente- podría quedar marginado ante la impresionante capacidad de cómputo y de examen de la inteligencia artificial.
Si algo podemos prever es que esta nueva potencialidad de procesamiento de informaciones con que contaremos, será la que tomará las decisiones por nosotros y la que sugerirá los cursos de acción a seguir. Quiero pensar que, en materia de decisiones, la última palabra continuará estando en manos de seres humanos, aunque confieso que tengo mis dudas.
Continua…
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