¿No ve al perdedor?
Cómo evitar el ensimismamiento ejecutivo
La partida de póquer está en pleno desarrollo y usted se siente en control. Ha jugado bien sus cartas y tiene aires de triunfo. Pero al levantar la mirada, nota que ninguno de los jugadores a su alrededor tiene cara de ir perdiendo, por lo contrario, lucen confiados, seguros, y no están fingiendo.
¿Será entonces que usted es el perdedor?
Tendemos a desconectarnos de nuestro entorno, de los demás, del mercado y de los competidores, asumiendo que estamos haciendo bien las cosas. Mientras tanto la realidad va transcurriendo afuera, en el exterior, a su propio ritmo, tomando un curso muy diferente al que imaginamos. Hasta que un buen día nos sorprende constatar que hemos perdido competitividad, que la competencia nos ha sacado ventaja. Descubrimos entonces que hemos caído en el “ensimismamiento ejecutivo”.
¿Por qué? ¿A qué se debe este fenómeno?
Existe una técnica muy conocida en los medios empresariales para la evaluación de problemas y proyectos, denominada análisis DOFA, en la que se identifican en una situación dada:
- Las debilidades (D)
- Las oportunidades (O)
- Las fortalezas (F)
- Las amenazas (A)
Lo ideal al usar esta técnica es ver la situación problema de la manera más objetiva posible, descubriendo lo que tiene de positivo y de negativo (F y D) en el presente, y lo que podría tener de positivo y de negativo en el futuro (O y A).
No obstante, los gerentes, directivos y profesionales, debido al ensimismamiento en que caemos, tendemos a realizar dichos análisis de manera sesgada, viendo inconscientemente las fortalezas y las oportunidades en nosotros, y las debilidades y las amenazas en los demás. De forma que percibimos la situación de manera selectiva, filtrando todo aquello que no nos gusta y nos conviene, simplemente para defender nuestro punto de vista, nuestro ego y nuestra personalidad.
Si avanzamos manteniendo esta actitud, podemos llegar a sentimos ganadores, satisfechos, creyendo que estamos haciendo un buen juego, una buena partida, aunque la realidad después nos muestre un rostro muy diferente.
Este comportamiento contribuye a que los problemas se perpetúen, se enquisten, convirtiéndose en verdaderos obstáculos para el desarrollo de las organizaciones.
La forma de romper esta barrera radica en abrirnos a los demás mediante el empleo de técnicas como la “escucha activa”, “La ventana de Johari” o el “Benchmarking“; el uso de métodos de análisis como los “Seis sombreros para pensar” y los “Diagramas Causa-Efecto”; la aplicación de herramientas como las de “Aprender a pensar” y todo un repertorio de ayudas para objetivar las situaciones problema y lograr su solución.
De manera que la próxima vez que se encuentre enfrascado en su propio juego, regodeándose de sus talentos y creyéndose ganador, deténgase, levante la mirada y si a su alrededor no ve perdedores, considere la posibilidad de que el perdedor esté sentado en su silla. Si ese es el caso, haga uso de las herramientas disponibles para ver de manera más objetiva la situación y cambiar el curso de los acontecimientos a su favor.
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© 2024 Vladimir Gómez Carpio
Consultor en Desarrollo Organizativo
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