Se estima en 7,5 millones el número de venezolanos que vivimos en el extranjero, la mayoría huyendo de la precaria situación nacional y en busca de un futuro mejor.

Mientras tanto, unos 28 millones de ciudadanos permanecen en esa “tierra de gracia”, resistiendo,  luchando por sobrevivir.

Imagina que a cada uno de los nacionales que actualmente vive en el extranjero, le pidiésemos elegir algo que le haya llamado la atención de forma positiva de su país de acogida y que averiguara cómo se desarrolló y cómo se sostiene ese aspecto. Es decir, que investigara todo el trabajo que hay detrás de eso que le ha impresionado tan gratamente.

Algunos ejemplos podrían ser: el comportamiento de los ciudadanos en el tránsito; la puntualidad al asistir a las citas y reuniones; el ornato y el cuidado de los espacios públicos; el diseño de las rutas de transporte; la gestión de los servicios sanitarios; el diseño de los programas de estudio; la logística en la distribución de alimentos… En fin, ¡tantas cosas positivas para emular!

Piensa que cada una de las personas consultadas se enfocara en cómo hacer para reproducir ese elemento, comportamiento o sistema en Venezuela -con las debidas adaptaciones- una vez restablecida la democracia.

Imagina también que al realizar esa gran consulta por Internet, solo el 10% de las personas convocadas se tomara el tiempo para responder. Y que de las propuestas recibidas solo el 10% contuviera información realmente útil como para poder aplicarla. Serían 75.000 propuestas.

Y como es posible que muchas de ellas estuviesen repetidas, estimemos que quede solo un 10%. En cuyo caso contaríamos con 7.500 ideas y propuestas para desarrollar nuestra nación.

Si aplicamos el mismo criterio a las iniciativas que pudieran surgir de los compatriotas que permanecen anclados en el terruño natal, estaríamos hablando de 28.000 ideas adicionales para transformar nuestra realidad.

Pero vamos a ser conservadores y digamos que debido a la complejidad de procesar toda esa información, en lugar de las más de 35.000 ideas provenientes de ambos grupos de venezolanos, nos quedáramos con menos de un tercio; con unas 10.000. ¿Te imaginas el impacto que tendría el ponerlas en práctica?

Te invito a prepararte para aportar tu pieza dentro de ese gran puzle o rompecabezas que representa la Venezuela que nos tocará armar, siguiendo estos pasos:

1. Identifica algo que te sorprenda positivamente del lugar en que vives.
2. Investiga cómo se sostiene, qué hay detrás de esa conducta, estructura o sistema.
3. Formula una propuesta para llevarla a la práctica en Venezuela y ten tu propuesta a mano para cuando seas convocado.

Preparémonos para ser parte del equipo transformador que entrará en acción en cuanto logremos reestablecer la democracia en Venezuela.

© 2024 Vladimir Gómez Carpio
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