Tiempo de crisálida
Quedarse quietos para poder volar
El conocido proceso de la metamorfosis, por el que atraviesan las mariposas y otros insectos, las hace pasar sucesivamente por los estadios de huevo, oruga, crisálida e imago o adulto.
Durante la etapa de crisálida, como es posible observar y se describe en los textos de biología, el insecto deja de alimentarse y entra en una aparente inactividad en la que se encierra en una cápsula protectora, mientras reabsorbe los órganos juveniles y reorganiza sus tejidos para adoptar una estructura totalmente diferente.
En ese tiempo el animal se encuentra en un estado de reposo y es incapaz de desplazarse.
Llegado el momento, el insecto romperá la crisálida por la zona que recubre su cabeza y saldrá de ella con esfuerzo, trepando a un lugar donde pueda reposar y bombear una sustancia a sus alas -hemolinfa- gracias a lo cual podrá volar.
Encuentro una gran semejanza entre la reclusión a la que nos obligan las medidas adoptadas por los gobiernos ante la COVID19 y el estado de crisálida, que nos invita a utilizar este tiempo de inmovilización forzada para reorganizarnos internamente y dar a luz a un nuevo individuo adulto, más capaz.
¿Qué pasos considero fundamentales para esta reorganización?
- Dar con nuestra misión de vida, respondiendo a la pregunta ¿para qué estamos en este mundo?
- Establecer nuestra idea de plenitud (objetivos) en cinco dimensiones vitales: salud, dinero, amor, profesión y grupos en los que participamos.
- Revisar aquellos paradigmas o patrones de comportamiento forjados durante la infancia, que pudiesen estar limitando nuestro crecimiento y desarrollo personal.
- Determinar qué habilidades y herramientas requerimos para alcanzar los objetivos que nos hayamos trazado y dotarnos de ellas.
- Finalmente, descubrir qué hace que nos salgamos del presente a través de las cuatro puertas de escape habituales: añorar el pasado, temer el futuro, querer estar en otro lugar y sentir que algo nos falta, y cerrar dichas puertas cultivando el estado de presencia.
Al igual que la crisálida contiene la información necesaria para guiarle en el proceso de convertirse en mariposa y que le lleva a transmutar lo viejo en lo nuevo, nuestro proceso de introspección ha de regirse por una imagen expandida de nosotros mismos, tal que nos inspire y nos empodere para poder llevar a cabo la alquimia necesaria. Esa que nos hará emerger de la reclusión forzada transformados, dispuestos a desplegar todas nuestras facultades.
Usemos este precioso tiempo con sabiduría, conscientes de que nada de lo que ocurre en nuestra vida es azar, pues todo obedece a un propósito supremo, que a cada uno nos toca develar.
La oruga no sabía que iba a morir para que de ella emergiera una criatura alada; aunque realmente no fue una muerte, sino una transformación.
Asumamos con determinación los pasos que nos conducirán a nuestro glorioso destino. Ese que nos forjamos al elevar nuestro nivel de consciencia y aspirar a la plenitud personal.
© 2024 Vladimir Gómez Carpio
www.vladimirgomezc.com
Tiempo de crisálida
Quedarse quietos para poder volar
El conocido proceso de la metamorfosis, por el que atraviesan las mariposas y otros insectos, las hace pasar sucesivamente por los estadios de huevo, oruga, crisálida e imago o adulto.
Durante la etapa de crisálida, como es posible observar y se describe en los textos de biología, el insecto deja de alimentarse y entra en una aparente inactividad en la que se encierra en una cápsula protectora, mientras reabsorbe los órganos juveniles y reorganiza sus tejidos para adoptar una estructura totalmente diferente.
En ese tiempo el animal se encuentra en un estado de reposo y es incapaz de desplazarse.
Llegado el momento, el insecto romperá la crisálida por la zona que recubre su cabeza y saldrá de ella con esfuerzo, trepando a un lugar donde pueda reposar y bombear una sustancia a sus alas -hemolinfa- gracias a lo cual podrá volar.
Encuentro una gran semejanza entre la reclusión a la que nos obligan las medidas adoptadas por los gobiernos ante la COVID19 y el estado de crisálida, que nos invita a utilizar este tiempo de inmovilización forzada para reorganizarnos internamente y dar a luz a un nuevo individuo adulto, más capaz.
¿Qué pasos considero fundamentales para esta reorganización?
- Dar con nuestra misión de vida, respondiendo a la pregunta ¿para qué estamos en este mundo?
- Establecer nuestra idea de plenitud (objetivos) en cinco dimensiones vitales: salud, dinero, amor, profesión y grupos en los que participamos.
- Revisar aquellos paradigmas o patrones de comportamiento forjados durante la infancia, que pudiesen estar limitando nuestro crecimiento y desarrollo personal.
- Determinar qué habilidades y herramientas requerimos para alcanzar los objetivos que nos hayamos trazado y dotarnos de ellas.
- Finalmente, descubrir qué hace que nos salgamos del presente a través de las cuatro puertas de escape habituales: añorar el pasado, temer el futuro, querer estar en otro lugar y sentir que algo nos falta, y cerrar dichas puertas cultivando el estado de presencia.
Al igual que la crisálida contiene la información necesaria para guiarle en el proceso de convertirse en mariposa y que le lleva a transmutar lo viejo en lo nuevo, nuestro proceso de introspección ha de regirse por una imagen expandida de nosotros mismos, tal que nos inspire y nos empodere para poder llevar a cabo la alquimia necesaria. Esa que nos hará emerger de la reclusión forzada transformados, dispuestos a desplegar todas nuestras facultades.
Usemos este precioso tiempo con sabiduría, conscientes de que nada de lo que ocurre en nuestra vida es azar, pues todo obedece a un propósito supremo, que a cada uno nos toca develar.
La oruga no sabía que iba a morir para que de ella emergiera una criatura alada; aunque realmente no fue una muerte, sino una transformación.
Asumamos con determinación los pasos que nos conducirán a nuestro glorioso destino. Ese que nos forjamos al elevar nuestro nivel de consciencia y aspirar a la plenitud personal.
© 2024 Vladimir Gómez Carpio
www.vladimirgomezc.com