De qué está hecha nuestra sabiduría: «Sapientipos» (Parte II)
El sapientipo editor y el racional
En cierta oposición al sapientipo empírico tenemos al «EDITOR».
Este sapientipo da forma al cuerpo de conocimientos de una persona a partir de referencias externas, de informaciones y noticias obtenidas de otros agentes, en lugar de sí mismo. Ya sea que las capte mediante conversaciones, libros, o a través de los medios de comunicación, incluida Internet y las redes sociales.
Las certezas del «editor» provienen tanto de la amplitud, variedad y coherencia de las informaciones de que dispone, como de la credibilidad de sus fuentes, por lo que regularmente deberá contrastarlas para verificar su calidad. Esto se vuelve particularmente necesario al enfrentar la persona situaciones coyunturales en las que la veracidad de las informaciones resulte crítica para la toma de decisiones.
En el modo «editor» se deberá estar alerta ante la avalancha de informaciones que inunda cada día el espacio—«la infosfera»— y ser muy selectivo para evitar la infoxicación; ese síndrome de nuestro tiempo que se caracteriza por sentirnos abrumados ante el exceso de informaciones que nos llegan cada día.
La perspectiva global y enciclopédica del «editor» le será ventajosa cuando tenga que forjarse opiniones o tomar decisiones complejas, ya que le permite tener presente varios aspectos de una problemática en particular. En estos casos su visión panorámica y holística le favorecerá.
El siguiente sapientipo, el «RACIONAL», se nutre de los conocimientos provenientes del ámbito científico y filosófico.
El «racional» hace acopio de informaciones que son «patrimonio de la humanidad», que se encuentran disponibles para todo el mundo, siempre y cuando se cuente con el nivel educativo necesario para comprenderlas. Es decir, siempre que pertenezcan a áreas en las que la persona es competente.
Estas informaciones y el conocimiento resultante proceden de aplicar con rigor el método científico, en el caso de la ciencia, o de seguir procedimientos como la deducción, la inducción, la dialéctica o la analogía, en el caso de la filosofía.
Cabe resaltar que este sapientipo atribuye a la razón un papel predominante sobre la emoción, lo cual no necesariamente permite a la persona actuar de manera sensible al tomar sus decisiones, ni le favorece en el manejo de situaciones en las que se vea implicado emocionalmente.
Las opiniones, juicios y decisiones derivadas de este sapientipo tenderán a basarse en forma exclusiva en el pensamiento y la razón, aún a sabiendas de que toda racionalidad es limitada e incompleta por naturaleza.
Continúa…
Nota: El texto de este artículo es parte del libro «Cumplir lo prometido, un poder para transformar la realidad», del autor.
© 2024 Vladimir Gómez Carpio
www.vladimirgomezc.com
De qué está hecha nuestra sabiduría: «Sapientipos» (Parte II)
El sapientipo editor y el racional
En cierta oposición al sapientipo empírico tenemos al «EDITOR».
Este sapientipo da forma al cuerpo de conocimientos de una persona a partir de referencias externas, de informaciones y noticias obtenidas de otros agentes, en lugar de sí mismo. Ya sea que las capte mediante conversaciones, libros, o a través de los medios de comunicación, incluida Internet y las redes sociales.
Las certezas del «editor» provienen tanto de la amplitud, variedad y coherencia de las informaciones de que dispone, como de la credibilidad de sus fuentes, por lo que regularmente deberá contrastarlas para verificar su calidad. Esto se vuelve particularmente necesario al enfrentar la persona situaciones coyunturales en las que la veracidad de las informaciones resulte crítica para la toma de decisiones.
En el modo «editor» se deberá estar alerta ante la avalancha de informaciones que inunda cada día el espacio—«la infosfera»— y ser muy selectivo para evitar la infoxicación; ese síndrome de nuestro tiempo que se caracteriza por sentirnos abrumados ante el exceso de informaciones que nos llegan cada día.
La perspectiva global y enciclopédica del «editor» le será ventajosa cuando tenga que forjarse opiniones o tomar decisiones complejas, ya que le permite tener presente varios aspectos de una problemática en particular. En estos casos su visión panorámica y holística le favorecerá.
El siguiente sapientipo, el «RACIONAL», se nutre de los conocimientos provenientes del ámbito científico y filosófico.
El «racional» hace acopio de informaciones que son «patrimonio de la humanidad», que se encuentran disponibles para todo el mundo, siempre y cuando se cuente con el nivel educativo necesario para comprenderlas. Es decir, siempre que pertenezcan a áreas en las que la persona es competente.
Estas informaciones y el conocimiento resultante proceden de aplicar con rigor el método científico, en el caso de la ciencia, o de seguir procedimientos como la deducción, la inducción, la dialéctica o la analogía, en el caso de la filosofía.
Cabe resaltar que este sapientipo atribuye a la razón un papel predominante sobre la emoción, lo cual no necesariamente permite a la persona actuar de manera sensible al tomar sus decisiones, ni le favorece en el manejo de situaciones en las que se vea implicado emocionalmente.
Las opiniones, juicios y decisiones derivadas de este sapientipo tenderán a basarse en forma exclusiva en el pensamiento y la razón, aún a sabiendas de que toda racionalidad es limitada e incompleta por naturaleza.
Continúa…
Nota: El texto de este artículo es parte del libro «Cumplir lo prometido, un poder para transformar la realidad», del autor.
© 2024 Vladimir Gómez Carpio
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