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Artes marciales y comunicación no violenta

No estar en la agresión

De mi tránsito por las artes marciales -no avancé mucho en su parte física – derive algunos aprendizajes interesantes, pero ninguno tan significativo como el que se refiere a las posibles actitudes ante una agresión.

El individuo objeto de una agresión puede asumir cinco posturas o niveles de defensa diferentes:

  • En el nivel 1, alguien se dispone a agredirlo y lo consigue. De ello resulta un daño.
  • En el nivel 2, el intento de agresión es repelido, digamos con un bloqueo, pero de ese choque entre el brazo o puño del agresor y el de la víctima, deriva un cierto daño, aunque mucho menor.
  • En el nivel 3, gracias a un cierto entrenamiento, se emplean partes blandas del cuerpo, como el canto de la mano, para desviar el ataque, con lo que hay confrontación pero no daño.
  • En el nivel 4, se es como la niebla – kiri en japonés- simplemente no se está cuando alguien pretende agredir a una persona, pues ésta se aparta al momento del golpe, para que no llegue a haber algún contacto físico. Por cierto que en este nivel el fundador del AIKIDO, Morihei Ueshiba, dejó todo un legado.
  • En cuanto al nivel 5, no lo aprendí en el dojo sino en la calle y fue a través del relato de un taxista en Caracas, mi ciudad natal. Éste me contó que luego de subirse un par de pasajeros a su auto, inmediatamente se percató de su intención de asaltarle -pudo ver el revólver de uno de ellos, a través del espejo retrovisor. Ante ello nuestro hombre se puso a orar mentalmente diciendo: «Dios mío, quítale a estos hombres la intención de hacerme daño», repitiendo insistentemente su rezo mientras los conducía hacia su destino. Al final los dos hombres se bajaron, por supuesto sin pagarle, pero tampoco quitándole nada, ni infringiéndole algún daño.

¿Qué fue lo que funcionó en este tipo de defensa? De alguna forma el hombre con su actitud logró disuadirlos de su supuesta intención de agredirle.

Esto trae a colación las enseñanzas de Marshall  Rosemberg sobre la comunicación no violenta (NVC, por sus siglas en inglés) o empática.  Rosemberg señala que se puede evitar la mayoría de los conflictos entre las personas si aprendemos a comunicar claramente nuestras necesidades.

Los cuatro pasos de su método son:

  1. Observar lo que sucede y describir la situación sin emitir juicio alguno.
  2. Identificar y expresar nuestro sentimiento.
  3. Descubrir la necesidad detrás del sentimiento expresado/percibido.
  4. Formular nuestro pedido en términos claros, positivos y factibles.

Tal vez los presuntos asaltantes de nuestro taxista necesitaban sentir al conductor como víctima y éste no se identificó con ese rol, ni lo transmitió. O tal vez fuera el poder de su oración. No lo sabemos. Pero “no estar” para nuestro potencial agresor es una estrategia efectiva para la evitación de conflictos. En ello la preparación ha de remplazar al instinto.

Lo cierto es que necesitamos aprender el lenguaje disuasivo de la comunicación no violenta y empática, no solo para protegernos, sino para contribuir a crear un mundo más pacífico y armónico.

© 2024 Vladimir Gómez Carpio
Consultor en Desarrollo Organizativo
www.soyvladimirgomezc.com
vladigom@hotmail.com

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