Qué nos hace felicientes
“Trabajando de forma correcta en las cosas correctas”
Cada cierto tiempo, gente estudiosa se dedica a investigar cuáles son los hábitos o patrones de comportamiento de las personas que logran resultados excepcionales, ya sea en el ámbito de las empresas, del deporte, del arte, de la política, o de cualquier otra área.
Por lo general tenemos una íntima sensación de que somos improductivos en nuestro trabajo, que podríamos obtener más de nuestros días si lográramos utilizar mejor nuestro tiempo, sin tener que caer en excesos como la obsesión por la eficiencia o perder relaciones y afectos por andar siempre muy atareados; haciendo cosas compulsivamente.
Para intentar mejorar su productividad, quizás el primer elemento a considerar sea establecer qué tan significativa resulta esa actividad principal a la que usted se dedica. Es decir, determinar en qué medida lo que hace, tiene para usted un propósito que le resulta tan relevante que es capaz de despertar su motivación y entusiasmo.
Para ello puede comenzar por ver si existe una convergencia de preferencias, competencias y oportunidades en su trabajo. Esto puede hacerse siguiendo lo que he denominado “el método de las tres listas”, el cual consiste en tomar tres hojas en blanco y escribir, en la primera, las 5 cosas que más le gusta hacer, que más disfruta haciendo; en la segunda, las 5 que mejor hace; y en la tercera, las 5 que más dinero cree que pueden producir.
A continuación deberá priorizar los ítems contenidos en cada lista, de mayor a menor, y escribirlos de nuevo. Acto seguido, deberá ver cuántos de esos elementos se encuentran presentes en su trabajo actual. Es decir, cuántas de las cosas que más le gusta hacer –preferencias– están contenidas en su trabajo; cuántas de las que mejor hace –competencias– se encuentran igualmente presentes; y qué tan necesarias o rentables percibe usted que son las actividades que realiza –oportunidades– (qué tan bien se remuneran).
Si, como producto de la evaluación de su trabajo actual, le resulta que este contiene muy pocos elementos de las tres listas, le tengo dos noticias: una buena y una mejor. La buena es que ha podido reconocer que quizás esté trabajando en el puesto o en la empresa equivocada. La noticia mejor es que sus tres listas pueden servirle para encontrar o crear su trabajo ideal.
Este ejercicio constituye, sin lugar a dudas, el primer paso para conseguir una actividad laboral que encaje dentro de su misión personal.
¿Le sorprende que haya empleado la expresión “misión personal”? ¿Le parece una posición un tanto determinística?
Pues se lo ratifico, sí, pues estoy convencido de que estamos en la vida para realizar una misión específica, única, que consiste en realizar una actividad que disfrutamos de manera especial, para la cual tenemos una combinación de talentos singulares y que satisface todas nuestras necesidades económicas.
¡Esa es su misión, él área en la que convergen sus preferencias, competencias y oportunidades!
Trabajar en cualquier otra cosa podría ser masoquismo, conformismo o inconsciencia. Algunos dirán que es por “necesidad” por lo que están el trabajo actual. Pero, si lo examinan a fondo encontrarán que puede haber sido más bien por falta de iniciativa, debido a temores probablemente infundados.
Y usted se preguntará ¿pero existe ese puesto, ese trabajo ideal para mí?
Y mi respuesta es: ¡Claro que sí! ¿Cómo lo sé?
Lo sé porque si existe usted, ese individuo único, con esa mezcla singular de preferencias, competencias y percepción de oportunidades que ha descrito, y si, por otra parte, en la naturaleza no hay desperdicios, nada sobra, entonces ese puesto, esa actividad en la que usted encajaría de manera perfecta tiene que existir; solo falta que usted tenga la claridad de visualizarla y el coraje de conseguirla, o crearla (emprendimiento).
Ahora bien, si al revisar sus tres listas, usted comprueba que efectivamente está trabajando en el ámbito de su misión, le felicito. En este caso, las siguientes recomendaciones podrán ayudarle a disfrutar más intensamente de su actividad, al convertirle en una persona más eficiente:
- Presupueste sus prioridades: Decida que es aquello que más les importa dentro de su misión, aplicando la regla de Pareto (cerca del 80 por ciento de la importancia de cualquier asunto está concentrada en más o menos el 20% de los elementos que lo conforman). Presupueste un tiempo específico para dichas actividades dentro de su agenda diaria.
- Enfóquese: Céntrese en esa actividad importante que ha decidido hacer en un momento dado y ponga de lado todo lo demás; evitando las interrupciones.
- No sucumba a la trampa de los e-mails: No esté todo el día leyendo y respondiendo sus correos, ya que eso les distraería de lo que se ha propuesto hacer. Establezca dos o tres momentos al día para revisarlos y contestarlos todos juntos.
- Asista a pocas reuniones: En la medida de lo posible trate los asuntos por resolver directamente con las personas implicadas. Y si es imprescindible convocar una reunión, hágalo de manera estructurada, a fin de hacerla productiva.
- Aprenda a decir “no” y a delegar: Las personas más exitosas le dicen “no” prácticamente a todo lo que les proponen que les distraiga de sus objetivos. Saben el valor de su tiempo y lo emplean en asuntos realmente de su interés. Y si hay algún colaborador que puede hacer un trabajo por ellos, se lo asignan y se aseguran de que lo ejecute.
- Gestione los asuntos solo una vez: Cuando le llegue un asunto nuevo, plantéese si lo puede resolver de inmediato. De ser así, hágalo de una vez. No vuelva varias veces sobre un mismo tema.
- Tome notas: Las personas eficientes llevan siempre consigo un dispositivo que les permita registrar los asuntos relevantes. No dejan las cosas solo a su memoria.
- Disfrute la libertad del orden: Tenga un lugar para cosa y mantenga cada cosa en su lugar. Usted no querría estar gastando su tiempo buscando cosas que podrían estar en un sitio elegido previamente; sería tonto no hacerlo.
- Tenga presente que no todo es trabajo: Establezca también prioridades para el resto de sus áreas de interés (Familia, ejercicios, estudios, actividades sociales).
- Créese un ritual matinal: Esto puede incluir un desayuno sano, hacer respiraciones, realizar ejercicio, beber suficiente agua y alimentar su mente con lecturas inspiradoras, oración, meditación, o escribiendo.
El filósofo y médico inglés John Locke, decía “Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias”.
Tener un sentido de misión y hábitos que disciplinen nuestra mente y nos aseguren un alto nivel de eficiencia, puede llevarnos a ser personas exitosas y felices; “felicientes”.
© 2024 Vladimir Gómez Carpio
Consultor en Desarrollo Organizativo
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